Recuerdo aquella mañana como única. Era el día que tocaba la visita al museo Ghibli y, como fan de las películas de Miyazaki, no veía el momento de que llegara. Nada más bajar del autobús me olvidé por completo del año en que había nacido y me lancé a disfrutar como un niño. Cada película de Miyazaki, y Takahata, llegó en un momento especial de mi vida y con cada una de ellas aprendí una serie de nuevos valores.
El interior del museo es alucinante, pero no está permitido sacar fotos. Solo te digo que tanto si eres fan de Studio Ghibli como si no, añadas una visita al museo en tu próximo viaje a Japón porque te encantará. Si no me crees entra en este enlace oficial de yotube del estudio en el que podrás ver una serie de videos cortos del museo.