Una vez visitamos todo el centro histórico comenzamos a caminar (botella de agua en mano) hasta Villa Jovis, antigua residencia del emperador romano Tiberio. El trayecto caminando es de unos 2 kilómetros aproximadamente.
Una vez allí , previo pago de la entrada (4€ ), pudimos visitar este palacio que ocupa una extensión de 7000 m2 y se encuentra situada a unos 330 metros sobre el nivel del mar. La villa conserva la estructura del palacio y las cisternas donde recogían el agua. Al fondo encontrarás el famoso «Salto de Tiberio» (si cogiste la excursión en barco seguro que lo viste anteriormente). Se dice que el emperador Tiberio lanzaba desde aquí a esclavas sexuales hacia el fondo del mar.