Mandado a construir por el zar ruso Pedro el Grande para su mujer Catalina en el siglo XVIII, la visita a este bonito palacio barroco es sin duda una de las actividades que mas disfrutamos en nuestra visita a Tallín. Y es que aunque no estábamos en visitar su interior nos encantó el poder desconectar caminando por el entorno del Parque Kadriorg.
El palacio se encuentra situado algo retirado del centro de Tallín, así que la mejor opción será que utilices el tranvía (linea 1) para llegar hasta allí.