La visita a estos pueblos debe hacerse con el mayor respeto posible y tratando de generar un mínimo impacto. Estas etnias siguen estando arraigadas a sus costumbres, rituales y creencias, por lo que cada acción que vayamos a realizar para ellos puede significar un impacto cultural. Cada aldea será diferente a otra, tanto en costumbres como en dialectos, por lo que siempre es aconsejable preguntar a vuestro guía cualquier duda.
En el caso de las fotografías debéis preguntar siempre si son aceptadas. En la mayoría de los poblados no vais a tener problemas, pero siempre es aconsejable preguntar primero para evitar cualquier conflicto.
Respecto a los niños debéis tener en cuenta que muchos de ellos no habrán visto nunca a un extranjero y si lo han visto habrá sido en contadas ocasiones. Nada mas llegar al poblado vas a ser el centro de atención y muchos de ellos querrán jugar y todo lo que lleves encima llamará su atención. En mi caso nunca me gusta mostrar nada que pueda hacerles sentir «diferentes». Con esto quiero decir que no muestro dispositivos móviles, ni imágenes o videos de donde vivo o de otras partes del mundo. ¿Por qué? Porque no quiero crearles una necesidad o un sentimiento de aislamiento. Me gusta llevar en mi mochila siempre cajas con lápices de colores y cuadernos como regalo.
Para mí esta es la parte que convierte a este tipo de trekking como una experiencia única. El convivir con estas familias, observar sus tradiciones y ayudar en todo lo posible durante mi estancia.